ALLANANDO EL CAMINO

Dumpers con ruedas de molino, tiranosaurios mecánicos que desmontan el horizonte a bocados, el stop y la flecha, girafas gigantes con enormes bigotes, la nitroglicerina, descomunales orugas que se comen el asfalto viejo y lo vomitan nuevo, polvo, barro, tierra, polvo, polvo en mis ruedas, la flecha y el stop, hormigoneras en las que se podría hacer una paella para cienmil, sirenas, señales, la lumbre, las columnas de Hércules, todo para que mi taxi surque nuevos horizontes, trazadas más rápidas más seguras, todo para que mi navegador se vuelva tontón y crea que navego como un superhéroe sobre un río, a través de un cañón, sorteando un mar de encinas, todo para tardar menos en reencontrarme contigo.

UN RAYO DE SOL UOOOH!!!

Al ralentí por uno de esos barrios me fijé en dos jaulas azules con un canario en cada una, colgadas en sendos árboles, bueno lo hizo mi cliente un joven de unos 29, atractivo dolicocéfalo de por lo menos 1,90 probablemente comercial, que dejó su coche para continuar en taxi por deficiencias en el tomtom, gafas de snow, educado, limpio y aseado, de conversación amena al que le gustó atravesar la city por esta arteria con todo el colesterol de la marginalidad pegado a sus paredes-seguro que alguien que se toma esa molestia mataría por sus pájaros, fijo que no se los toca nadie-me dijo, al tiempo que fantaseabamos con lo que debe molar apatrullar a lo canción triste de Hill Street, o a lo Tango y Cash o en su defecto a lo estarki y jach, porque en Extremadura Hutch sería jach.
Entonces pensé en que realmente la influencia del clima en la gente es definitiva, no ya esa que hace que los suecos sean rubios y los saharahuis morenos, sino la que nos hace estar tristes después de días de frío y grises, y alegres cuando el sol devuelve el technicolor al mundo.
No está todo perdido si alguien que vive en un agujero cuelga a sus pájaros al sol, si en uno de esos barrios en el que las cartas vienen de centros penitenciarios alguien decidió que a través de los barrotes que custodian al preso, siempre debe entrar un rayo de luz.

WHERE THE STREETS HAVE NO NAME

Una carrera a un polígono industrial te aboca, principalmente, a dos cosas, una a perderte y la otra a regresar libre hasta la civilización. La primera es una gran prueba a tu memoria fotográfica, las indicaciones del usuario son , casi siempre, por el nombre de la empresa y no de la ubicación, lo cual te da una ventaja porque la parcela 34 de la zona A de la margen izquierda es caprichosa y oculta su identidad aún estando justo delante. El nombre de la empresa tampoco es la gran pista, la que llevaba a De la Cuadra Salcedo a lanzarse del helicóptero en en busca del tesoro, ya que la poca imaginación empresarial hace que puedan coincidir Platonsas, Plafonsas y Plalonsas con colores y logotipos parecidos. En cuanto a la segunda es fácil pensar en que si alguien te levanta la mano en el polígAno..te estará saludando.

DECÍAMOS AYER.......

Cuando apareció aquel kilométrico número entrante en la pantalla de mi móvil pensé que una asistencia en carretera iba a darme lo que la crisis me había quitado. Desde Canal Extremadura Radio me pidieron una pequeña participación en el programa del gran Jose Antonio Moreno, La Sábana, yo acepté encantado, me gusta mucho este periodista, me divierte. La conversación me gustó , me gustó el respeto con el que fui tratado y por donde llevó Jose Antonio la entrevista. Quizás podamos en semanas venideras repetirlo, podrían hacerse cosas divertidas. Si estimais oportuno el escucharlo aquí os dejo el enlace, el corte va desde el minuto 11:00 hasta el 22:00.
Gracias por no haberos ido. Muaaks.

el parabrisas en Canal Extremadura. ( por cierto temazo la canción del trabajo de raphael )