Después de conducir durante 400kms. bajo una intensa nevada,no hay como parar a reponer fuerzas ,en uno de esos mesones junto a una nacional de doble sentido,esos con jamones ,carnes a la brasa y puchero,que han desaparecido en el paisaje de las autovías,y en los que uno puede dedicar un buen rato a comer,como Dios manda.A tres grados bajo cero,y con las fuerzas algo mermadas por el estrés que producen los kilómetros cuando las inclemencias hacen de conducir,una necesidad y no un placer,pensé que una sopa castellana,con su huevo escalfado,su pan,el ajo,calentita, sería el primero ideal,pero me equivoqué.Disponía de una hora para el avituallamiento,y todo hacía presagiar,que tendría tiempo incluso para leer el periódico con el café,pero algo se complicó cuando el camarero trajo mi sopa en una cazuelita de barro,sujeta por unas tenazas de fragua,y a su vez sujetando las tenazas con unos guantes de altos hornos,por el humo, no se sabía si venía hacia mí el camarero,o el Orient Express a toda máquina.Cuando puso la sopa en la mesa,me daba miedo asomarme,pues no sabía muy bien que hacer,si meter la cuchara o pedir una toalla para hacer unos vahos,cuando me atreví,después de unos diez minutos,tuve la gran oportunidad de presenciar el espectáculo más grande jamás visto,el núcleo terrestre en vivo y en directo,ni National Geographic,ni las expediciones de Julio Verne,habían estado tan cerca del magma incandescente.Empezaron en el restaurante los cuchicheos y las risitas,una chica que comía en la mesa de al lado junto a dos chicos,me dijo-está la sopa como para salir corriendo..-a lo que le contesté con un poquito de mala uva-sí ,para salir corriendo a la unidad de quemados de Getafe,guapa-.Parece que todo acabó ahí,la sopa se enfrió en unos cuarenta minutos y di cuenta de ella,del segundo,del postre,del café y del cigarrito en los siguientes quince.!si lo sé no paro!
A Enrique.
No hay comentarios:
Publicar un comentario