Un niño, de 5 ó 6 años, sube al taxi, acompañado de una chica guapísima, que creo no es su madre.
-Hola,¿ a donde vamos?
-al cine, por favor.
El niño se pone el cinturón, y aunque su altura física es tan pequeña que apenas puedo verle en el retrovisor, inicia esta conversación:
-el taxi sí que es rápido, en el autobús llegaríamos cuando pusiera FIN. Una vez tardé tanto en el bus que una peli que se anunciaba como proximamente, al llegar, ya estaba en la sala 4. Además se va más fresquito.
- Jajaja, ¿ qué película vas a ver, amigo?
- Shrek, tercero
-ah ya la están poniendo, en mi época tardaban más, y eso si la ponían.
-claro, porque primero tenía que estar la peli en Madrid..y..y..en Badajoz.
-y encima no había tantas salas, el cine era donde hoy es el Gran Teatro.
-¡ hala !, entonces no habría pantalla..la peli...era con gente de verdad.
Río yo, y la chica que le acompaña, riendo también, le explica que eso es exactamente lo que es el teatro. El crío vuelve a la carga:
- y..y ¿ cuando tú eras un niño ibas al cine?
-yo sigo siendo un poco niño..
-No, tú no eres un niño, porque..tienes un taxi.
P.D. Este niño ha sido nombrado pasajero del mes; la chica, como guapa del mes; y la carrera, una de las más fructíferas del año.
huy... el niño se ve que ara inteligente?
ResponderEliminary porque no le hablaste a la chica...jeje
Tambien le hablé, pero la conversación fue mucho más trivial. La magia la puso el niño.
ResponderEliminarGracias por subirte a mi taxi.
Recorro Extremadura
entre dehesas de encina
con risa y amargura
te veo a tí, dulzura
en mi espejo, cristalina.